
El saludo que ha acompañado internacionalmente la noticia de la muerte de Luís Moita, el 28 de enero pasado, – lleno de agradecimientos por su combinación única de inteligencia, compromiso político con la historia de la liberación y la descolonización de Portugal y África, y riqueza y transparencia de las relaciones humanas, de construir redes creativas de investigación social y cultural a nivel internacional – resume y expresa mejor que cualquier perfil biográfico el papel de Luís en las últimas décadas del siglo pasado y hasta el final de su vida, al término de una enfermedad que no le impidió hasta el último momento ser partícipe y protagonista de las sesiones recientes del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) sobre un país como Brasil, que tan importante ha sido en su vida.
Luís se cruzó con las vidas, los sueños y los proyectos de «liberación de los pueblos» de Lelio Basso y Linda Bimbi desde principios de la década de los Setenta, en el momento cumbre de su participación en el proceso de liberación de la dictadura de Salazar. Desde entonces, su historia -desde el CIDAC a la intensísima actividad académica, pasando por la gran experimentación de la educación a la democracia en las Fuerzas Armadas, hasta el apoyo y colaboración de movimientos y organizaciones internacionales por los derechos de los pueblos – se ha entrelazado creativamente con la del TPP(del que fue miembro muy activo desde sus inicios) y la de la Fundación (también como Comoté de garantes). Una expresión precoz y un símbolo de la fecundidad de este encuentro fue la Sesión del TPP en Lisboa sobre Timor Oriental, del 19 al 21 de junio de 1981, que vio un panel de jueces en representancia de distintas luchas de liberación, con la presencia, también profundamente simbólica por sus vínculos con la historia africana, de Ruth First, asesinada poco después por el régimen sudafricano del apartheid en el Mozambique liberado.
Nuestro recuerdo, en un momento de «saudade» por su presencia que continuará de otra manera, quiere expresar también un sentimiento de inmensa gratitud a Luís. Por su coherencia, su lucidez rigurosa y serena, su capacidad de diálogo y mediación, su profunda dulzura que daba confianza incluso en los momentos más críticos, y por su competencia sociológica y geopolítica que se encuentran en sus numerosas contribuciones, o sea un archivo vivo de la emancipación de los pueblos que forma parte de la investigación-testimonio que los tiempos que vivimos necesitan particularmente.
Como solían decir: Luis, Presente.
Gianni Tognoni, Secretario General del TPP
Franco Ippolito, Presidente de la Fundación Lelio e Lisli Basso